Mi padre me dijo una vez que hay veces en las que todo se ve mejor si sabes mirar a través de otros ojos que no sean los tuyos, y que la mejor manera de hacerlo, era desde nuestro reflejo, pues no solo veríamos lo que ven nuestros ojos, sino también lo que ven esos ojos que nos miran desde el cristal en el que nos reflejamos. Por eso me gusta contemplar mi mundo a través de la ventana.

Cada día que pasa desde entonces, contemplo el exterior apoyada en el alféizar mientras escribo en mi diario todo lo que mis ojos ven y no quieren borrar de su memoria... ahora las hojas de los árboles están cayendo, la brisa las mece en sus suaves brazos y terminan precipitándose al suelo. Mi hermano juega a perseguir los pájaros que vuelan por el jardín.
Todo está envuelto en una gran magia que no quiero dejar escapar y la convierto en tinta encerrando ese recuerdo para siempre en las páginas de mi diario.

Sé que pronto no podré disfrutar de las tardes en familia sentados alrededor de la chimenea escuchando las historias de mi padre, ni los cuentos de mi madre antes de dormir, ni los juegos... por eso hoy mi padre nos ha regalado este diario a mí y a mi hermano. Nos ha dicho que le hablemos como si fuera nuestro mejor amigo y que le contemos todos nuestros secretos, dice que sólo él sabrá guardarlos.
Hoy es el último día que pasaremos en casa y sé que les echaré mucho de menos. Ir a Hogwarts me llena de ilusión y emoción, he crecido sabiendo miles de historias de ese mágico lugar, miles de leyendas y mitos y sé que son ciertas, pero separarme de mi familia me llena de dolor...

He guardado una fotografía en mi diario, la llevaré siempre conmigo y así me sentiré más cerca de ellos cuando sienta que la distancia sea cada vez más dura. Ahora, querido diario, he completado la primera página de lo que será mi historia, espero que siempre puedas esconder mis secretos.