Mi viaje comienza en la King's Cross Station, donde Kingsley y yo cogemos un tren rumbo a Durham. Ambos elegimos viajar en transporte muggle, pues sospechamos de que los mortífagos de los que sospechamos, estén pendientes de nuestros pasos. El Ministro de Magia y yo viajamos en un vagón, acompañados de un hombre de negocios, una familia conformada por un matrimonio de mediana edad y dos hijos varones pequeños, y una pareja joven, probablemente recién casados. Ninguno de los viajeros que nos acompañaban, nos resultaron sospechosos ni espías del supuesto enemigo. Ya en Durham cogimos un barco, el Ivory Rose, un Ferry Crucero de una compañía Noruega que nos llevaría hasta las costas Noruegas.

Asomado a la barandilla de cubierta, tomo esta fotografía. Capto el mar oscuro, negro e inquietante de las aguas del mar del Norte, la niebla densa que borra la línea del horizonte. Kingsley y yo compartimos el mismo camarote. Es pequeño pero tiene todas las comodidades necesarias. Tras muchos años acostumbrado a Trasladores, Aparición, Polvos Flu, y mi escoba, me siento extraño en aquél barco. En el restaurante cenamos rafkisk y recuerdo las muchas veces que el Profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, Adryen Morgan, ha mencionado ese plato, al echarlo de menos en los menús de Hogwarts. Al probarlo, me cuesta explicarme como es posible que lo eche de menos, siendo de tan difícil degustación.






 A la hora de dormir, me tomo, con precución, la Poción Calmante, para aliviar el dolor de espalda tras el ataque del Kraken. Ya estoy mucho mejor, pero se me sigue resintiendo cuando llevo un buen rato de pie. En el maletín en el que la guardo, permanecen los otros ingredientes para pociones que compré ayer en la tienda de Susan Bones, excepto la que no tenía y tendré que buscar ya en el norte. La Poción me ayuda a dormir, y cuando me levanto, puedo ver en el ojo de Buey del camarote las embravecidas aguas del frío mar que cruzamos.


 Hace un rato que, desde el Ivory Rose, ya son visibles las costas Noruegas. Más allá de aquellas llanuras, en algún lugar, se encuentra el inquietante Instituto Durmstrang, al que se dirigen nuestros pasos.

@harrypotter_89
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