Pusiste todo
a mis pies. Tu príncipe, solías llamarme. Me lo diste todo. Y yo solo quería
ser tu orgullo. Pero no conozco tus sueños. ¿Qué eras antes de mí? La niña que
una vez fuiste... ¿Estaría orgullosa de ti?
Te pido
perdón si te fallé. De ti he aprendido a rectificar, aprendí que nunca es tarde
para volver a empezar. Perdona que me enfade, a veces, cuando tu manera de ver
la vida me recuerda lo cerca que estuve de tirar mi vida por la borda. Suelo
olvidar quién eres, cómo fuiste educada.
Y ahora... Ahora tengo mi propia familia, mamá. Una mujer maravillosa que cada día me hace mejor, cada día me ata más a la vida. Me perdona sin juzgarme, me contagia sus ganas de vivir. Y un hijo que me enseña a ser mejor padre cada día.
No sé a quién le debo la gracia de tenerles. Sé que me aceptan como soy, que son lo único que tengo y que, si en algún momento en la vida he sido feliz, fue con ellos.
Pero por muchos años que pasen... Sigues siendo mi madre, aunque Astoria tenga que recordármelo de vez en cuando.
Y aunque tu vida ya no sea la mía nunca más... Tú siempre serás el principio de mi todo. Feliz Día de la Madre, mamá.
Categories:
Especiales