¿Cómo eras, mamá?, ¿qué te gustaba hacer?, ¿cuántos cuentos te habría gustado contarme?
Mamá, ¿por qué te fuiste tan pronto? ¿por qué no me diste tiempo para sentirme entre tus brazos?
Si pudiera verte aunque tan solo fuera una vez... Si pudiera bajar esa estrella del cielo en la que late tu corazón inmortal... Solo para verte, solo para abrazarte...
Pero no puedo... Y sé que no te dejaría ir si pudiera abrazarte... No te irías nunca, mamá, nunca...
Abrí los ojos sintiendo el rastro cálido de una lágrima y pronuncié por vez primera esa palabra que nunca pudo escuchar... Esa palabra eterna que se evaporará para posarse en su regazo: mamá...
Apoyé la cabeza en mi almohada dejando caer en ella las lágrimas que se deslizaban con suavidad. La primera palabra que debe decir un niño, pronunciada por primera vez a los dieciséis años sin una dueña que sea su reina... Una palabra que se quebró.
Cerré los ojos imaginando su rostro, como tantas otras noches, sin saber que, días después soñaría con ella y plasmaría mis palabras en papel para que el tiempo y el recuerdo las guarde en su memoria. Solo para ella, solo para ti, madre:
"Una hermosa joven de cabellos dorados me ha sonreído esta noche mientras soñaba. El sol resplandecía a su espalda y la eteridad y la magia la envolvía. Parecía fundirse con la brisa en la soledad y el silencio. Sus ojos brillaban y una dulce sonrisa curvaba sus labios.
Mamá, quiero pensar que eras tú. Quiero pensar que tratabas de protegerme mientras dormía, como nunca pudiste hacer...
Quiero pensar que con esa sonrisa tratabas de decirme que estabas bien, que mis lágrimas solo conseguirían entristecerte... No sabes cuantas noches te he llorado por no poder haberme sentido nunca en tus brazos. Pero te pienso al lado de papá, feliz allá donde estés... Sin soltar su mano, dejando que guie tus pasos y tú los suyos...
Mamá, no sé si tú y papá o simplemente la mera fortuna o el sabio Tiempo me han regalado lo que más valoro en este mundo, pero tengo a alguien por quien luchar.
A pesar de todo el sufrimiento en el orfanato en el que crecí, he tenido la oportunidad de hacerme mayor al lado de unos niños maravillosos a los que siempre llevaré en mi recuerdo, pues muchos se han ido ya... Ahora solo ansio que llegue el verano para reunirme nuevamente con mi pequeño Jakob.
En el castillo, todo es doloroso sin él, pero hay personas que entienden como soy.
Mamá, me hubiera gustado poder crecer en tu valiosa compañía, aprender de ti, dejarme llevar por el seguro camino que me marcaran tus pasos, escuchar tu voz cantándome antes de dormir.
Esos meses en los que tú fuiste yo y yo fui tú siempre vivirán en mí aunque no pueda recordarlo. Y esa palabra que nunca pude decirte, dormirá en mis labios cada noche para que, en mis sueños, pueda hacer eco en la memoria y llegar a tu oído como un susurro lejano.
Te quiero, madre."