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Rol escrito por Gabryel Solomon y Arya Dabney

Camino por los pasillos de Hogwarts y una vez estoy en el Segundo Piso, me detengo junto al cuadro de Bastiaan el Gordo, sentándome en el  suelo, con la espalda contra la pared, mientras espero a Arya Dabney.

De pronto parece que algo en mi entorno cambia. Una brisa distinta que trae un dulce perfume, una luz no mortal que ilumina  el pasillo. Vuelvo el rostro y veo que Arya se acerca. Una sonrisa cruza mis labios, la más pura y sincera que puede esbozar un hombre


Su sonrisa eriza el vello de mi piel. Camino hasta llegar a ti y al darte alcance me acuclillo.
   -Perdona por haberte hecho esperar, capitán.

Sonrío
   -Tú no tienes que pedirme perdón, por nada ni por nadie... -murmuro, mientras me acerco a tus labios para besarlos

Sonrío sobre tus labios y me echo hacia detrás a propósito para que no puedas besarme

Frunzo el ceño
   -¿Por qué me castigas con tan horrible tormento? -murmuro, con tristeza


Me alzo ligeramente de hombros.
   -Tal vez porque tú ayer no me dijiste lo que quería que me dijeras...-Sonrío y me siento.-

   -Vaya -me rasco la nuca- Y yo que iba a enseñártelo ahora...


   -¿Si?-Enarco una ceja.-Que curiosidad por Merlín...


Te cojo la mano
   -Pero vamos a saltarnos unas... -pienso, mirando hacia arriba- Cincuenta normas.

Noto una corriente de electricidad recorriendo mi cuerpo.
   -Adoro saltarme las normas...

Me levanto y te cojo de la mano
   -Lo que voy a hacer es totalmente ilícito. Pero más ilícito debe ser quererte como te quiero...

Siento un sutil escalofrío cuando dices eso y sonrío. Al ponerme de pie lo primero que hago es besar efímeramente tus labios.
   -Será un placer saltarme las normas contigo, capitán.

Sonrío y me humedezco los labios. Luego trago con fuerza para desatar el nudo que me haces en la garganta cada vez que me miras de ésa forma. Tiro de ti hasta ponerte frente al cuadro de Bastiaan el Gordo- ¿Lista?

Asiento observando el cuadro sin poder evitar ponerme nerviosa ante la curiosidad que siento.

Miro al robusto monje que nos observa desde su lienzo
   -Tempus et Fatum -murmuro, y con un ademán de aburrimiento, el monje hace que el cuadro se abra, diciendo: "Tiempo para siempre, Destino para todo". 
Te miro y aprieto tu mano
   -Vamos...

Aprieto tu mano al mismo tiempo que tú y camino segura porque tus pasos caminan conmigo

Traspasamos el umbral del cuadro, y saco mi varita, la cual enciendo para iluminar un angosto túnel de techo muy bajo que  apesta a cañeria. Te observo, mientras ilumino tu camino
   -¿Tienes miedo?

   -¿Miedo una Slytherin?-Te miro para después mirar a mi alrededor respirando el nauseabundo olor a cañería.-

   -Nunca se sabe... Además de Slytherin, eres humana. 
Al final del túnel, hay un profundo pozo con una escalera de mano
   -Yo iré  delante -coloco mi varita en mi boca, y me siento en el suelo para asirme a la escalera de mano y empezar a bajar

Me acerco al borde del pozo.
   -Ten cuidado que si te caes vas a clavarte la varita en la garganta...-Río bromeando.

Intento no reír, porque si lo hago, se me caerá la varita. Con esta entre los dientes, balbuceo
   -Cuihaho que lod edcaloned  dedbalan... -sigo descendiendo

Río y comienzo a descender por el pozo con cuidado de no tropezar. Miro hacia abajo

   -No mired abaho... -balbuceo, y sigo descendiendo, dos, tres... Cuatro metros más, tal vez seis, es difícil de saberlo entre tanta negrura. 
Una vez llego al fondo del pozo y toco suelo firme, me quito la varita de la boca y pronuncio: 
   -¡Lumos Máxima!

Miro hacia arriba viendo que la salida queda cada vez más lejos y con cuidado sigo descendiendo hasta llegar abajo.  Toco el suelo con mis zapatos y sacudo mi ropa.

Te cojo las manos, comprobando que no te has lastimado las palmas con los peldaños de la escalera de mano. Estamos en una  sala que desemboca en un largo pasillo
   -Vamos... -Tiro de ti, sonriendo de forma traviesa

Me fijo en tu sonrisa y frunzo ligeramente el ceño mientras camino impulsada por tus pasos escuchando el sonido de los mismos tras ser arrastrados por el eco hacia nosotros.

Nos detenemos al final del pasillo. Una enorme puerta blindada, está cerrada ante nosotros. Hay magia avanzada que lo protege  de cualquier Alohomora común. Pero nada que no se me resista. Apunto con mi varita hacia uno de los simbolos que la rodean y exclamo: 
   -¡Tempus et fatum! -la puerta empieza a emitir varios chasquidos, como si cientos de cerrojos empezaran a soltarse

Siento una tremenda curiosidad por saber lo que se encontrará tras esa puerta cuyos cerrojos parecen quejarse al abrirse

La puerta empieza a abrirse, con un chirriar de goznes oxidados. Poco a poco, la luz de mi varita revela el lugar que encierra esa enorme puerta broncínea. Te miro, esperando a ver tu gesto de sorpresa, sonriendo

Algo parece detenerse dentro de mí al ver lo que se esconde tras la enorme puerta. Una enorme sala donde moran  gigantescos bustos de serpientes de piedra. El suelo empedrado que sólo pensaba que podría llegar a pisar en sueños  y al final de la sala el rostro de un hombre que parece gritará para siempre manteniéndose en silencio. Noto que las  lágrimas se acuestan sobre mi mirada. Me tiemblan las manos mientras miro a mi alrededor

La puerta se cierra sordamente detrás de mi, cuando adentro en la Cámara contigo. Una sensación de húmedo frío se respira en  aquél entorno lleno de historia
   -Tras la Segunda Guerra, sellaron la entrada de los lavabos del Segundo Piso. Pero dado que  se trataba de una especia de patrimonio mágico, el Ministerio concedió una entrada secreta a la Cámara... Que solo los directores de Hogwarts conocen -me detengo detrás de ti-

Siento un escalofrío ante cada una de tus palabras. Miro a mi alrededor con detenimiento, los gigantes de piedra  que soñé contemplar desde antes de nacer, el suelo que soñé hollar, el rostro que soñé poder conocer... Me giro para mirarte sintiendo el cosquilleo de una lágrima rodando por mi mejilla. Sonrío al mirarte a los ojos.
   -No sólo me has robado el corazón, ahora también me has robado uno de mis mayores sueños para hacerlo realidad.

Extiendo una mano para atrapar entre mis dedos tu lágrima, la cual detesto por herir tu piel, la cual idolatro por ser tuya
   -Y tú me has robado toda mi vida... -murmuro, al tiempo que inclino mi rostro hacia el tuyo para posar mis labios sobre los tuyos

Cierro los ojos al sentir el calor de tus labios sobre los míos. Tus labios, ese reloj en el que toma vida todo mi tiempo. Rodeo tu nuca con mis manos sintiendo el cosquilleo de tu cabello en las mismas mientras entreabro los labios para recibir tu beso, ese beso que actúa en mí como el veneno al moribundo.

Tus labios son como una droga a la que mi cuerpo sucumbe, convirtiéndome en un absoluto dependiente de estos. Un escalofrío  me abraza lentamente, estremeciendo toda mi piel, todo mi hueso, mis músculos y mi alma. Mi lengua acaricia la tuya, mientras  tus dedos en mi pelo sobrecogen cada poro de mi piel-

Tu lengua se retuerce en el interior de mi boca para abrazarse a la mía. Siento que tu beso eriza el vello de mi piel,y que por mucho que el tiempo gire seguirá detenido contigo, en ti.

Noto como mi cuerpo reacciona a los efectos de tu beso. La pasión se desata dentro de mí, y físicamente percibo como un sudor  ardiente recorre toda mi piel. Me aparto suavemente de tus labios, jadeando, y murmuro con los ojos cerrados, apretando los  párpados
   -Arya...

Tus labios entreabiertos, tu mirada perfecta, tus sonrosadas mejillas...
   -¿Qué...?-Murmuro tras parpadear.

Te miro sintiendo miedo de mis propias palabras al murmurar
   -No tengo voluntad para alejarme de ti...

Aparto mis manos de tu nuca para tomar una de las tuyas, la cual llevo a mis labios para besar tus dedos mientras te sonrió mirándote.
   -No te he pedido que lo hagas...

Mis mejillas arden. Siento como mi corazón late con fuerza mientras te miro. Me muerdo el labio y acaricio tu rostro,sintiendo tu hermosa y dulce piel, la cual hasta puedo saborear con mi mano
   -No quiero hacer nada que tú no quieras que haga...

Siento un escalofrío al sentir el tacto de tu suave mano sobre mi mejilla, un escalofrío que hace que cierre los ojos por unos instantes.
   -Dame el privilegio de volver a soñar en mi propio sueño...-Murmuro sintiendo el rastro de una  lágrima surcando mi mejilla.

Trago saliva con fuerza, sintiendo que me quedo sin aire cuando te oigo decir eso. Con la yema de mi dedo pulgar, borro tu  lágrima, alejándola de tu piel antes de que pueda herirla. Lo que me dices es suficiente para que entienda lo que quieres decirme
   -¿Estás segura? -murmuro, muy cerca de tus labios, respirando de tu respiración

Asiento mirándote a los ojos, esos ojos en los que puedo reflejarme tal cual soy.

Noto que me quedo sin aire, por eso mis labios buscan aliento en tu aliento. Te beso, enterrando mi mano en tu pelo, tras posarla en tu nuca. Noto que mi beso se hace intenso, pasional... Fuego que enciende más fuego a mi fuego. Mi mano izquierda  se posa en tu cintura, y me acerco a ti más, sin dejar apenas un milímetro entre tu cuerpo y el mío

Respondo a tu beso pasional y dulce al mismo tiempo mientras que mis manos vuelven a tu nuca. Mi lengua se abraza a la  tuya fusionándose mientras siento el latido de tu corazón contra el mío, el calor de tu cuerpo en el mío. Noto que empiezo a quedarme sin aire y que mi pulso va muy deprisa.

Mi mano desciende desde tu nuca a tu espalda, hasta ponerse en tu cintura. Muevo mis manos al mismo tiempo, buscando el borde  de tu jersey, para internarlas dentro de éste. Con el roce de mis dedos en la caliente piel, un escalofrio de placer me  recorre la espalda. Asciendo con mis manos, ejerciendo la presión exacta para deleitarme de tu dulce tacto, y bajo el jersey,  alcanzo tus pechos, los cuales toco a través del sujetador, al mismo tiempo que continúo besándote

Dejo escapar un suave gemido entre tus labios al mismo tiempo que noto como me arden las mejillas. Apoyo mis manos en tu cintura ejerciendo fuerza sobre la misma al mismo tiempo que noto que pierdo el aliento para  entregártelo a ti

Abro los ojos para mirarte. No quiero perderme ni un segundo de ése momento que solo ocurrirá una vez en nuestras vidas. Con un suave movimiento, agarro tu jersey y poco a poco, empiezo a tirar de él hacia arriba

Elevo los brazos hacia arriba para que puedas apartar de mi piel aquello que me da abrigo pues ahora sólo será tu  piel la cual vista la mía en este momento eterno que se hará memoria en nuestra memoria

Te observo, bajo el jersey eres aún más hermosa que con él sobre la piel. Tu piel erizada me recuerda que eres frágil como como una flor... Observo el contorno de tus pechos bajo el sujetador, y me muerdo el labio mientras enrojezco. Una sonrisa  curva mis labios mientras me llevo las manos a la parte trasera del cuello de mi jersey, tirando de él para quitármelo

Veo que comienzas a desnudar tu piel y siento que la mía arde. Me quedo inmóvil durante unos segundos observando como  te desnudas frente a mí y sólo para mí.

El jersey desordena mi rebelde pelo. Te miro con los ojos llenos de pasión, dejando caer el jersey azul al suelo. Poso mis manos a cada lado de tu cintura, la recorro hasta alcanzar tu espalda y empiezo a ascender hacia el cierre de tu sujetador, el cual rozo al mismo tiempo que mis labios atrapan los tuyos en un beso profundo

Beso tus labios mientras mis manos recorren tu suave piel desnuda y ardiente. Siento el golpe de los latidos de tu corazón en las palmas de mis manos, ese corazón que siento más mío que mi propio corazón.

Escucho el chasquido de ese broche que rompo, de la misma manera que estoy rompiendo esos secretos que jamás otros ojos habían visto antes. Sin dejar de besarte, y haciendo un pequeño espacio entre nosotros, empiezo a deslizar los tirantes de tu sujetador por tus brazos. No sé en que momento éste se desprende de ti, cayendo entre nosotros, momento en el que noto en mi pecho el roce de tus pezones, haciendo que mi corazón se desenfrene. Un gemido huye de mí, lo acallo en tus labios y me aparto de estos, retirándome un instante de ellos para bajar la mirada hacia tu preciosa desnudez

Siento que me ruborizo, que mis mejillas arden cuando noto el sutil beso de tu mirada en mis pechos. Mi dedo pulgar  acaricia tus labios mientras acorto la distancia para evitar sentir esa vergüenza y volver a tus suaves labios.

Recibo tus labios con más pasión de la que nunca antes los había recibido, pero poniendo más ternura en mis labios de la que había puesto jamás. Mi mano derecha se posa sobre tu pecho, la piel trémula, caliente, ligeramente sudorosa, se me antoja lo más delicioso que he tocado jamás. Aprieto tu seno suavemente, temiendo hacerte daño, pero con la necesidad de hacerlo imponiéndose sobre cualquier otra cosa. En mis labios mueren los gemidos de la placentera excitación que causa rozar tan  íntima parte de tu cuerpo

Dejo escapar un leve gemido contra tus labios sintiendo necesidad de tenerte en mí y sólo para mí. Saboreo tus labios, y tu lengua mientras mis manos saborean la piel de tu pecho

Murmuro tu nombre, una oda a la perfección, a la musa que nació para inspirar todos mis sueños, una alabanza a mi diosa, la de carne y hueso. Siento tus manos en mi pecho, ésa caricia que no puede compararse con nada que hubiera sentido antes. Mis manos descienden a tu cintura. Busco el botón que abrocha tu pantalón bajo tu ombligo, en el centro de tu vientre, aquél en  el que algún día habitará mi propia sangre

Noto tus dedos posarse con suavidad sobre el botón de mis pantalones. Aparto mis labios de los tuyos para  besar con los míos tu suave mandíbula mientras mis manos recorren tu espalda acariciándote con pasión y devoción al mismo tiempo

Tus labios en mi mandíbula, tus manos en mi espalda... Mis dedos no aciertan  con el botón de tus pantalones, y cuando consigo  abrirlo y desabrocharlo, empiezo a bajarlo mientras te miro a los ojos, segundos antes de morder tu labio inferior con  suavidad

Ese sutil mordisco me arranca un tenue gemido, siento tus dedos rozando la piel de mis muslos al bajar mis pantalones. Siento que no estoy sobre este suelo, y que no respiro por mis pulmones si no por los tuyos.

Beso tu cuello, tu hombro... Mis labios siguen descendiendo por tu cuerpo. Me voy bebiendo tu piel mientras dibujo con mis manos tu figura. Mis labios rozan tu pezón, lo muerden suavemente, y siento como todo mi cuerpo se estremece, excitado por  la textura de este en mis labios, y su sabor en mi lengua, pero sigo descendiendo hasta arrodillarme delante de ti, para continuar bajando tus pantalones, y cuando están en tus tobillos te descalzo con delicadeza para apartarlos del todo. Beso tu  rodilla, tu suave muslo, acaricio tus piernas y miro hacia arriba para encontrarme con tus dulces ojos, en los que encuentro  un leve atisbo de vergüenza

Me muerdo el labio inferior sintiendo vergüenza al mismo tiempo que algo que no puedo describir ni siquiera con sentimientos. Acaricio tu cabello negro sintiendo en mis manos la suavidad de este.

Cojo tus manos, tirando suavemente de ti, instándote a que te arrodilles frente a mí

Entiendo el lenguaje de tus manos  y desciendo poco a poco frente a ti hasta que mis rodillas besan el suelo al mismo tiempo que mis labios buscan los tuyos mientras mis manos se aferran al cierre de tus pantalones.

Me muerdo el labio, sintiendo como todo mi cuerpo tiembla cuando tus manos se enredan al cierre de mi pantalón. Siento que me arden las mejillas, pues tal vez percibas los efectos de tu cuerpo en el mío y me avergüenzo de ello. Mientras tu me quieres desnudar, yo me quito los zapatos, sintiendo como el sudor recorre mi espalda

Desabrocho el cierre de tus pantalones y recorro con mis manos tu sudorosa espalda arrastrando el sudor por ella hasta  alcanzar el borde de tus pantalones los cuales comienzo a bajar mientras mis labios recorren tu torso saboreando el  dulce sabor de tu piel.

Puede que allí haga frío... Pero yo no puedo sentirlo al abrigo de tu piel desnuda, de la cual no puedo dejar de deleitarme. poso mi mano en tu espalda al mismo tiempo que, besándote, empiezo a tumbarte lentamente sobre el frío suelo, después de  despojarme completamente de mis pantalones

Noto el frío suelo besando mi espalda cuando me tumbas sobre el mismo pero la sensación me produce una dulce corriente de dulce placer. Te miro a los ojos y sonrío al ver la pasión que los besa. Acaricio tus labios con mi pulgar.

Beso tu dedo pulgar cuando me rozas los labios con éste. Antes de posarme sobre tu, empiezo a despojarme de mi ropa interior,  procurando que no me veas desnudo. Escondo mi rostro en tu cuello, y dejo entre tu pelo un suspiro de placer

Por un instante tengo la tentación de observar tu desnudez pero al advertir un rastro de timidez en tu mirada decido no hacerlo y beso tu húmedo cabello el cual está siendo besado por el sudor al mismo tiempo que mis manos besan tu nuca

Me poso sobre ti suavemente apenas sin llegar a rozarte, apoyado en mi codo izquierdo. Te miro a los ojos y mis mano derecha comienza a explorar tu cuerpo, deleitándose en tu pecho y en su dulce tacto, en tu firme vientre, y con un escalofrío y sin  apartar mi mirada de la tuya, mis dedos se internan bajo la cinturilla de tu ropa interior, rozando con ellos el vello de entre tus muslos, con un escalofrío que sacude toda mi espalda, ahogo un gemido al seguir más allá, usurpando los secretos de tu cuerpo, los cuales ultrajo sintiéndome vil al hacerlo. Te miro como si te pidiera permiso para llegar a donde me dirijo

Dejo escapar un leve gemido sobre tus labios y por respuesta los beso, adueñándome de tu aliento y de tu tiempo.

Mis labios responden a la urgencia de los tuyos. Mis dedos se queman con tu fuego, el fuego del volcán que surge de tus entrañas. Me estremece el placer de tocarte, de sentir la suave piel tan íntima, y uno de mis dedos se aventura a recorrer tu interior, mientras la excitación me consume

Siento un escalofrío que me hace temblar de placer al mismo tiempo que entreabro los labios para dejar escapar un  gemidos, aprieto mis muslos contra tu mano y beso tus labios depositando en ellos toda la pasión que siento en este momento.

No puedo deshacerme de tu cuerpo, ni de ti, ni del embrujo de tus gemidos de placer contra mis labios, mientras siento como  tu calor acrecienta entre mis dedos. Aparto mis dedos de ti cuando siento que arderé antes prender tu fuego, y bajo tu ropa  interior, luchando contra la tentación de no mirar tu desnudez para no hacerte sentir vergüenza, y me ayudo con mi propio  pie para despojarte del último pétalo de la flor que cubría tu cuerpo desnudo

Por un segundo siento que me quedo desnuda no sólo de cuerpo si no también de alma. Por un segundo me siento vulnerable  al yacer sobre el suelo sin ropa, pero entonces te miro a los ojos y me doy cuenta de que no necesito ropa porque tu piel ha sido diseñada para vestirme.

Con ternura y delicadeza, me acuesto sobre el suave lecho de tu cuerpo, desnudo y cálido, dulce y perfecto, ése cuerpo en el que he depositado tantos sueños, tanta fe, tanta devoción, mi propia religión y toda mi vida. Te miro a los ojos y separo  suavemente tus muslos para acomodar mis caderas entre ellos, notando el roce de tu cuerpo en mi intimidad. Mi mano se posa  en tu mejilla, la otra se aferra al suelo. ¿Cómo se hace el amor a una estrella? Con los labios entreabiertos contra los  tuyos respiro con fuerza antes de pedirte perdón con mi mirada cuando empiezo a adentrar en tu cuerpo

Noto una punzada de dolor cuando empiezas a adentrarte en mi cuerpo, una punzada de dolor que es el más dulce que he  sentido jamás. Siento que me estás arrancando el alma al mismo tiempo que te estás enterrando en mi cuerpo para hacer de mi vientre tu sepultura. Las yemas de mis dedos se clavan en tu húmeda espalda mientras mis muslos se  aprietan contra tu cintura.

El placer que arde en mi cuerpo con el tuyo, se hace más fuerte que cualquier cosa. Siento un escalofrío, la muerte de tu virginidad al ser apuñalada por la espada del placer que se hunde en tu cuerpo. Cierro los ojos con fuerza, sintiendo como mi cuerpo se muere de placer, como me quemo y me consumo por ese erotismo que me asesina con dulzura. ¿Así de hermoso es morir en el cuerpo de un ser amado? ¿Así era alcanzar el mayor sueño? Abro los ojos para descubrir que estoy vivo, que mi cuerpo está más vivo que nunca. Gimo suavemente tras llegar a lo más hondo de ti, y retrocedo de nuevo, lentamente, para  luchar contra ése placer desmedido que no quiero que se desborde tan pronto

Una corriente de placer besada por un leve dolor irrumpe en lo más profundo de mi cuerpo. En mi vientre te albergo, en  mi vientre libras una batalla contra mi ejército de sangre, esa sangre que un día albergará tu propia sangre. La  espada de fuego que arde dentro de mí lidia con mi cuerpo mientras mis uñas se clavan en tu espalda.

Te miro a los ojos. Noto en ellos el dolor que te he causado y me siento impuro por haberte causado dolor. Gimo cerca de tus  labios, y me muevo inexpertamente dentro de tu cuerpo, sintiendo que en cada instante, en cada roce, en cada movimiento  muero y vuelvo a nacer. Te miro a los ojos

Beso tu mirada con la mía mientras mis labios buscan los tuyos para saciar la sed que necesito saciar. Mi lengua besa  tus labios para después adentrarse en tu boca mientras mis piernas rodean tu cintura. El leve dolor que me ha causado tu cuerpo es el más dulce que he recibido nunca porque tú lo has causado. Mi cuerpo es el escudo con el que  combate la espada que arde en mí.

Me siento torpe, torpe e inexperto en ti, la torpeza virginal de un niño que se está transformando en hombre en tu cuerpo. me muevo con lentitud, dejando en cada respiración un gemido entre tus labios, y un latido de mi corazón que te regalo para siempre. El placer se apodera de  mi cuerpo, intento controlarlo, y me muevo con delicadeza, pero incapaz de reprimir mis instintos.

Noto en tu mirada el placer, tus labios entreabiertos, tu hermoso rostro cincelado a la perfección por las manos de  el más perfecto de los escultores. Besado por el placer eres aún más hermoso. Las yemas de mis dedos se deslizan por tu sudorosa espalda mientras mis labios tratan de atrapar tus gemidos para retenerlos conmigo.

Contengo la respiración. Mi cuerpo se estremece, noto que no puede contenerme. Susurro tu nombre entre tus labios, acompañado de un gemido que muere en ellos para que te lo quedes para siempre. Con un último movimiento, siento como el placer alcanza su más alta cumbre, una sensación inexplicable recorre todo mi ser, mi cuerpo se sobrecoge, se estremece, tiembla entre tus brazos cuando siento que alcanzo el culmen de mi placer. Gimo profundamente, y muero en tu cuerpo mientras me derramo dentro de tu cuerpo, sintiendo que formo parte de ti para siempre, llenándome de ti

Noto tu placer en forma de néctar invadir poco a poco mi cuerpo, el temblor de tu cuerpo entre mis brazos, el placer coronando tu mirada. Tus músculos tensándose por la batalla que acabas de perder en el interior de mi cuerpo, tu respiración agitada, tus labios entreabiertos. Te has enterrado en mi y lo has hecho para siempre. Te aprieto contra mí para después acariciar tu húmedo cabello y besar tu frente mirándote después a los ojos y sonriendo.

Apoyo mi frente en la tuya. Respiro de tu aliento y veo de tu mirada. Te observo, sintiéndome culpable por ser tan torpe, por haber roto mi placer antes de causar el tuyo
   -Te amo... -murmuro entre tus labios, antes de besarlos

Acaricio tu cabello besándote esta vez manteniendo los ojos abiertos por unos instantes antes de cerrarlos. Mi lengua besa la tuya. Te siento entre mis piernas sintiendo aún el fuego que no he dejado de sentir pero sintiéndome plena  por haberte hecho sentir el más extremo de los placeres

Te miro a los ojos, y sonrío, mientras acaricio tu pelo húmedo por el sudor, y dejo besos en todo tu rostro. Me has dado lo más hermoso que he podido vivir. Y no puede haber nada en este mundo que logre superarlo

Sonrío sintiendo tu sonrisa en mis labios y acaricio tu mejilla.
   -Me has hecho soñar despierta...-Murmuro

   -Pero si... -murmuro con tristeza y vergüenza-

Apoyo mi dedo índice en tus labios.
   -Shhhhh... -Sonrío dulcemente y mientras acaricio tu cabello sin dejar de mirarte a  los ojos, beso tu mirada antes de besar tus labios.

En mis labios siento que empieza mi vida, ésa vida que empezaremos a construir juntos, ahora que un pacto eterno y sagrado se ha hecho real entre nuestros cuerpos. Hoy, me siento dueño del firmamento, porque le he hecho el amor a una estrella

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