AJEDREZ
Los muggles y los sangres sucia son tan desesperantes.
Creyéndose pertenecer a una
élite a la cual no pertenecen y nunca lo harán ni en sus más locos sueños.
Son
piezas del ajedrez únicamente. Piezas que determinarán SU futuro… no el
nuestro.
Lo
recuerdo tan vívidamente, como si fuese recién ayer.
Peter
Nueckel, Maestro de “Estudio de Armas No
Mágicas”, a pesar de ostentar ese puesto, no era más que un profesor muy dado a
la vida muggle. Desde su vestimenta hasta su forma de proceder. Un desacierto
de su parte, si tomamos en cuenta que el lugar donde estábamos, Durmstrang, era
una de las mejores Academias Mágicas, si no es que la mejor..
Debido al linaje de mi familia materna, estoy muy familiarizada con los indeseables muggles. Demasiado para mi gusto. El Profesor Nueckel no toleraba eso de mí. El saber más del tema que él, le hacía quedar mal cada vez que yo refutaba alguna aseveración acerca de este mundo. ¡Pobre Peón!
Hubo
una vez que me pidió que me retirase del
aula únicamente por contradecir algo que él decía. No era mi culpa que fuera un
perfecto inútil. ¡Cómo osaba hacerme eso A MI!
Me
levanté y, con mi habitual displicencia hacia lo que en realidad no ocupaba
ni medio segundo de mi tiempo, sonreí
irónica y altivamente dispuse salir del aula en la que impartía su asignatura. Según
lo que me diría uno de mis compañeros
después del incidente, era más fría mi gris mirada que los campos cubiertos de
nieve de nuestra Academia.
Y ahí
fue cuando nuestra pequeña partida de ajedrez comenzó.
Ese
mismo día, por la tarde, el maestro envió por mí. Me pidió que no lo
contradijera frente a los demás alumnos, ya que él era el que impartía la
clase. “Por algo estoy aquí ¿No crees Overon?” dijo él.
“Oh ,
estoy muy segura de eso” le comenté con una sonrisa que si bien es cierto por
fuera denotaba admiración, por dentro su significado no era más que lo
contrario. El no pareció notar el doble sentido de mis palabras, porque
pidió disculpas por haber sido grosero
conmigo.
Me
retiré, no sin antes aceptar sus disculpas; bueno, técnicamente aceptadas,
porque obviamente una frenta como aquella, en mi familia no se pasaba por alto.
Paciencia, paciencia..Paso a paso se derriba al caballo y al alfil…. Y después
iJAQUE MATE!
Jugué tanto con su mente...Le hice pensar en situaciones inexistentes, puse de cabeza su mundo, su autoestima por los suelos y él sin darse cuenta de absolutamente nada.
Semanas
después, había revuelo en el pasillo que comunicaba a la torre de maestros. Me
acerqué. Me quité la capucha de mi túnica roja vino, y le pregunté a Ivanka que había pasado.
“Han encontrado al Profesor Nueckel muerto. No se sabe quien lo ha hecho”
“No
puedo creerlo” contesté con un dejo de sarcasmo tan obvio, que por un momento
llegué a creer que la chica rubia que estaba frente a mi me reprendería.
De
repente, salió al paso el Director Tesky cruzando por en medio del camino que
los alumnos habían hecho. Con decisión tomé su brazo y lo hice volverse.
Volteó, mirándome con enfado.
“¿Se
sabe algo Director?” pregunté sin amedrentarme por sus oscuros ojos. Recuerdo
como emitió un gruñido que combinado con la dura y exasperada expresión,
hubiesen asustado al más valiente.
“¡HA
CALLAR! ¡Esto va para todos!” gritó y todos los alumnos hicieron de repente un
silencio sepulcral “El Profesor Peter Nueckel ha muerto. No hay rastro de magia
en su muerte por lo que tal parece que se ha suicidado. Dejen el morbo y a
todos a sus dormitorios!”
Poco
a poco se despejó el pasillo…uno a uno de los alumnos se fué yendo mientras
murmuraban acerca de éste hecho que daría de que hablar por siglos.
Suspiré
quedando al final de aquella fila. Subí mi capucha carmesí. Su sombra ocultaba
mi rostro. Ivanka volvió a verme. Su rostro reflejó duda e incierto al ver
claramente una irónica sonrisa sobresalir por entre la sombra de mi capa…
Sonrisa que hasta el día de hoy, me acompaña.
Muggles,
sangres sucias… Son piezas del ajedrez únicamente…
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Yannise Overon