Arlyne:

Algunos rayos dorados de sol, caen al suelo a través del cristal de la ventana por el que se filtran. Cerca de esa ventana, que llena de luz la estancia, se encuentra el pequeño piano ante el cual, estoy sentada. Mis largos dedos, se deslizan con sútil elegancia por el teclado, y al presionar las teclas, doy vida a las notas que viven un instante para morir en la eternidad, pues así es la música. Un instante eterno.

Katniss:

Papi me había dicho que hoy era el día de las mamás, y yo quería hacerle un regalo muy bonito a mi mami. Por eso me había pasado toda la mañana haciendo un dibujo con los colores que me regalaron cuando cumplí los cinco. Camino por la casa buscando a mamá. Cuando escucho las teclas del piano voy corriendo hacia la puerta del salón, y antes de entrar me quedo fascinada por los bonitos sonidos que crean sus dedos.

Arlyne:

Estoy tan absorta en esa música que nace de mis dedos que ni siquiera me doy cuenta de la presencia de mi pequeña Katniss.

Katniss:

Con mucho cuidado me acerco por detrás suya con el papel agarrado detrás mía y toco con un dedo una tecla que da una nota aguda.

Arlyne:

El sonido de la nota llega antes que pueda dare cuenta de que tu pequeña manita está sobre el teclado. Te miro mientras que mi sonrisa se ilumina al ver tu preciosa cara.

-Hola, pequeña. -Digo en voz baja y con tono dulce-.

Katniss:

-Hola mami. ¡Felicidades! -Alzo los bracitos para poder rodear su cuello y darle un sonoro beso en la mejilla. A la vez, intento que el papel que he levantado no se arrugue-.

Arlyne:

Siento una dulce emoción recorriendo mi corazón cuando me dices "Felicidades". Te rodeo con mis brazos, y beso tu mejilla suavemente, respirando el dulce aroma que desprende tu piel.

-Muchas gracias, mi niña...

Katniss:

Tu beso es como una cosquilla de miel, que me ilumina con una sonrisa. Separándome un poco, te enseño el papel con el dibujo que he hecho para ti.

-Toma, mami.

Arlyne:

Veo el dibujo y una enternecida sonrisa hace brillar mis ojos. Mientras reparo en aquella "S" que ablanda mi corazón, susurro.

-Oh, cariño... Qué preciosidad... -Te miro a los ojos-.

Katniss:

Sonrío mostrando mis dientecitos al oír que te ha gustado y elevo los brazos para que me sientes en tus piernas.

Arlyne:

Te tomo en mis brazos cogiéndote por debajo de las axilas, y te siento en mi regazo, girando un poco en el banco en el que estoy sentada.

-Seguro que te has pasado mucho tiempo dibujando para que te quede tan bonito...

Katniss:

Me acomodo en tus piernas, donde más me gusta estar, y meneo la cabeza inocentemente.

-Mucho, pero quería que saliera muy bonito, porque es tu día. Y oye mami, ¿por qué se celebra el día de las mamás?

Arlyne:

Me humedezco los labios sonriendo.

-Pues porque eligieron un día para conmemorar todo el esfuerzo que una mamá hace cada día por cuidar de sus hijos, y para que estos les feliciten por todo el amor que les dan. -Sonrío mientras pongo tras tu oreja un mechón de pelo-.

Katniss:

-Ohh, claro. -Digo como si lo hubiera entendido todo a la perfeción-. Pues yo cuando sea grande quiero ser una mamá como tu. Pero eso es muy difícil, porque tú eres muy buena. -Digo un poco apenada-.

Arlyne:

-Oh, no, claro que no, cariño... Tú serás igual de buena mamá que yo, ya lo verás. -Acaricio tu henchido moflete con el dorso de mi mano.

-Serás tan buena madre como buena hija.

Katniss:

-Pero mami, si tú eres un ángel, ¿cómo puedo serlo yo también? -Clavo mi mirada marrón en la tuya color agua-.

Arlyne:

Tus palabras me emocionan.

-Oh, mi niña... Los ángeles nacen de los ángeles, y si yo soy un ángel, tú también lo serás... Y los hijos que tengas, también. -Te digo. Aunque yo no me considere un ángel, decido que mejor será no llevarte la contraria-.

Katniss:

Sonrío y te abrazo apoyando la cabeza en tu regazo.

-Oh mami, pero yo no quiero ser un ángel igual que el tío Steph que está en el cielo. ¿Porque está allí, verdad? -Pregunto preocupada-.

Arlyne:

Cuando me dices eso, siento una profunda tristeza. Trago saliva tratando de descerrajar el nudo de mi garganta. La muerte de mi cuñado es aún reciente y la herida, que tardará mucho tiempo en cerrarse, está muy abierta.

-Si, cielo. Está en el cielo... -Mis ojos se humedecen-.

Katniss:

Puedo sentir que te has puesto triste y eso no me gusta. Paso uno de mis pequeńos dedos por tu mejilla, para animarte un poco.

-Bueno mami, el tío está muy bien allí, tu me lo dijiste. Y tu siempre dices verdad.

Arlyne:

Cojo tu pequeña manita con la mano con la que no sujeto el dibujo que me has regalado, y la beso con mimo y dulzura.

-Claro que sí, hija... -Sonrío para que no notes mi pena- Y si sonreímos, él también sonreirá desde el cielo.