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Guardo la pequeña botella de cristal donde mi tío Donovan ha atrapado una estrella para mi madre. Brilla con intensidad pero o tanto como me gustaría porque esa diminuta estrella, brilla mucho menos que mi madre. Me pongo de pie y paso la mano por mis rodillas, después me coloco el vestido y con la cajita en la mano, salgo de mi dormitorio, y camino hasta el salón, onde encuentro a mi madre, haciendo punto:
-Mamá, tengo algo para ti...- Digo acercándome a ella.

Maia: -¿Sí,cariño?- Pregunto con una sonrisa sin levantar los ojos del jersey que estoy haciendo para la pequeña Miram.

Aislinn: Asiento y me siento a tu lado. Observo por un minuto tus manos mientras tejes el jersey para mi prima pequeña. Podría reconocer tus manos entre un millón de manos, al igual que las del resto de personas que veo pasar por las páginas de mi vida. -Toma...- Te tiendo la pequeña caja azul con una sonrisa.

Maia: -Aislinn, tesoro...- Dejo el jersey a un lado y tomo la hermosa cajita, con la emoción plasmada en mis ojos.

Aislinn: -Ábrela, mamá.- Digo con una sonrisa mientras rodeo tu brazo derecho con mis manos y apoyo mi mejilla en tu hombro

Maia: Tu dulzura me hace sentirme orgullosa como cada instante de mi vida porque tú estás en ella. Mordiéndome el labio para contener la emoción, abro la caja y encuentro en su interior un frasquito de cristal con agua. Tardo apenas unos instantes en darme cuenta de lo que significa tu precioso regalo. Ante mis ojos se difumina la visión a causa de las lágrimas. -¿Qué estrella ha cazado mi princesa?- Pregunto volviendo mis ojos a ti para ver tu hermoso rostro.

Aislinn: Te miro con una sonrisa dulce en mis labios. Veo en tu mirada ese brillo que no he podido atrapar en esa estrella que brillaba tan diminuta en el cielo. -Una muy pequeñita mamá... El tío me dijo que era tan pequeña que se habían olvidado de ponerla nombre, por eso yo quise cazarla y la puse uno.

Maia: -Mi niña...- Murmuro encerrando en una mano el frasquito y acariciando tu mejilla con la otra. -¿Y qué nombre le has puesto?

Aislinn: Sonrío orgullosa de que seas tú quien acaricie mi mejilla, de que seas tú quien me robe el miedo por las noches, de que seas tú quien me dio la vida... Orgullosa de que seas tú: -Myosotis, como la flor "no me olvides".

Maia: "No me olvides", como la flor... Siento como todo mi universo se vuelve tuyo porque tú lo eres todo. Solo puedo envolverte en un abrazo en el que te siento tan fuerte, como sé que serás siempre, y tan pequeña como la primera vez que te tomé entre mis brazos. -Y no pienso olvidarlo nunca, mi pequeña...

Aislinn: -¿Verdad que no?- Pregunto abrazada a ti. -Eso le dije a mi tío, que te la iba a regalar a ti porque sé que tú no vas a olvidarla nunca... Y me daba mucha pena que estuviera allí sola en un cielo que no tuvo un nombre para ella...

Maia: -Pues ahora, igual que la hemos dado un nombre,- me separo de ti tomándote por los hombros y bebiendo de mis labios mis propias lágrimas cuando quedan encerradas en ellos -...vamos a darla un cielo...

Aislinn: -¿Si?- Pregunto con una sonrisa. -¿Y cómo se le da un cielo a quien el cielo ha dejado huérfana?

Maia: Te doy un beso en la frente antes de levantarme y coger tu mano. -Claro, porque ya la hemos hecho nuestra... -Tiro de ti.- Vamos... -Te guío hasta mi habitación.

Aislinn: Agarrada a tu mano me siento invulnerable, pues fui invulnerable durante los nueve meses que viví en ti. Camino guiada por tus pasos, pues me lleves a donde me lleves, siempre me llevarás al lugar correcto.

Maia: Abro la puerta de tu mano. Ahora me siento como tú, pero tú has rescatado una estrella huérfana y yo voy a darle un cielo. Sobre la estantería que queda al lado de la ventana, coloco el frasquito de cristal y te miro, esperando alguna pregunta.

Aislinn: Veo que dejas el frasquito sobre la estantería al lado de la ventana. Te miro: -¿Ese va a ser su cielo?

Maia: Ese es su cielo...- Acaricio tu oscuro cabello cuando vuelvo mis ojos al frasco que contiene en su seno la estrella "No me olvides". -Iluminará mis sueños y podré verla desde la cama cuando esté muy oscuro... ¿Qué mejor cielo que el que tenemos ante nosotros?

Aislinn: Tus palabras me arrancan una sonrisa, y decido abrazarte mientras pienso en ese cielo que construimos los seres humanos donde más deseamos, porque el de verdad está demasiado lejos para alcanzarlo. Pero hay otro cielo aún más hermoso que el mismísimo cielo, el cielo donde guardamos todo aquello que amamos: nuestro corazón.

Maia: Te abrazo con fuerza siendo testigo de ese nuestro cielo. Brilla el agua en el interior del cristal a causa de la luz. Destellos que producen una luz suave y nítida. Pero nada brilla más que tú. Aunque hoy hayamos dado un cielo a una estrella huérfana, yo di vida a una aún más hermosa que cualquiera de las que brillan en el universo... Y la dí un nombre: el tuyo.

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